sábado, 11 de noviembre de 2023

De madrugada, arrebatan triunfo a García Harfuch y se lo dan a Clara Brugada


“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Nunca estuvo tan vivo el micro relato del escritor guatemalteco Augusto Monterroso. 

 

En la oscuridad de la noche del 11 de noviembre de 2023, como hacen los ladrones, el Movimiento de Regeneración Nacional y sus aliados, el Partido del Trabajo y el Partido Verde, le dieron la espalda a la democracia, y envueltos en la bandera de la paridad de género, le arrebataron el triunfo a Omar García Harfuch, quien por 14 puntos de ventaja ganó la candidatura a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, para dársela al dedazo de Andrés Manuel López Obrador, a la tres veces alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada. 

 

De nada sirvió que García Harfuch arrasara a Brugada, al final, desoyeron la voluntad del pueblo encuestado y decidieron que una mujer encabece la coordinación de la “transformación”. 

 

Al igual que hicieron con Ricardo Monreal, a García Harfuch lo enviaron a una planilla para el Senado, el premio de consolación. 



 

La realidad es que Andrés Manuel López Obrador seguirá siendo “la mano que mueve la cuna” y Claudia Sheinbaum, cuyo candidato era su jefe policiaco, obedecerá órdenes del hoy presidente en funciones. 

 

“Aquí se lucha por causas, no se lucha por cargos”, justifica su antidemocracia, el líder de Morena, Mario Delgado.

 

“Solamente Morena hace ejercicios como los de hoy”, agregó en conferencia de medios, Delgado, repartiendo culpas, como siempre lo hacen; que es porque el INE les pidió tener cinco mujeres y cuatro hombres como candidatos. 

 

En Morena ya sabían que iban a salir con sus marrullerías para imponer a sus cuates, por eso, el evento de Claudia Sheinbaum en la Arena México, se dedicó a adoctrinar a la militancia, al pedir “Unidad”.

 

Por eso, que Mario Delgado hable de ser “congruentes”, sus palabras se convierten en demagogia, y rebajan el potencial político de Omar García Harfuch al nivel de un “Juanito”, aquel personaje que tuvo que renunciar, para ceder la entonces jefatura de la delegación Iztapalapa, también a Clara Brugada. 

 

Pensaron que Brugada ganaría, pero el carisma de García Harfuch la llevó a un lejano segundo lugar y de paso le dieron una bocanada de aire fresco a la oposición, que considera a Clara una candidata muy débil. 

 

Finalmente, el proceso interno en Morena, deja esa sensación fraudulenta, misma que se sentía años atrás con el PRI, cuando hedía el olor a fraude y deja a la Cuarta Transformación, como una organización autoritaria que no respeta la voluntad popular. 

 

 

Criptograma Noticias

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