viernes, 15 de febrero de 2013

Te odio tanto


Por Carlos Rodríguez

Te odio tanto, pero no por ti, sino por mí, por ese absurdo sentimiento que pudiera llamar amor pero que no lo es.

Te odio tanto, que ríos de lágrimas he llorado, pero no por ti, sino por mí; horas de desvelo me han acompañado, dedicando tiempo, en mí, en ti, en los dos.

Te odio tanto, que no puedo, es imposible, o al menos así lo parece, víctima de ti, eso soy, pero no sólo soy víctima de ti, pues al conocer esto entiendo en dónde y en quién está la solución, por momentos me niego, por momentos me aferro y no sé por cuánto tiempo, quiero, debo y soy víctima de mí.

Te odio tanto, porto parte en mi camino y transformar mi mundo, mis emociones, mi entorno y mi vida.

Te odio tanto, pues es veneno y malsano sentimiento que espero se disuelva muy pronto.

Te odio tanto, por la misma razón que te quiero tanto y que tú no sientas lo mismo y nunca lo sentirás de la misma manera en que yo lo siento, eso es cierto, es verdadero y será permanente.

Te odio tanto, que sólo espero tiempo, sólo espero el momento justo en el que un día amanezca y vuelva a vivir como antes de haberte conocido, tranquilo, sereno, despreocupado, tratando de llegar temprano a mi clase, leyendo tranquilamente, tan callado y sincero como antes de conocerte.

Te odio tanto, que puede que sea natural, pero no es tu culpa, no es culpa de nadie, es sólo culpa del origen de mi odio, del motivo de la razón o de la ocasión.

Te odio tanto, que sólo espero, otro día, un día en que la humanidad, no se deje llevar por las emociones y use la razón antes que la emoción, pero se que eso nunca será y se quedará en las utopías de otras tantas que tengo guardadas.

Te odio tanto, por la pendeja obstinación, por la rara sensación, por la maldita ocasión, por el justo momento.

Te odio porque sonríes y es a mi a quien sonríes.

Te odio porque existes, porque exististe, porque existimos, y porque existiremos.

Te odio tanto, que esta madrugada has sido la inspiración de tan superfluas letras, dignas o no de ti, no lo sé, sólo sé que son tuyas y son mías, ¿por cuánto tiempo? no lo sé, solo sé... que serán.

Criptograma Cultura

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