Pocos podemos negar que un café es siempre agradable, ya sea ligero o fuerte. Ideal para antes de ir a trabajar, tras una comida, para acompañar un trago y por supuesto, es un compañero ideal en la charla con los amigos.
Sin embargo, la cafeína, su compuesto principal, no sólo está presente en el café si no también en el té, chocolate, refrescos, etcétera.
De esta droga estimulante hablaremos en esta ocasión. La cafeína es aceptada socialmente y a su vez, de las drogas, la menos perjudicial. Pertenece al grupo de sustancias llamadas “xantinas”: estimula el cerebro y provoca una sensación de euforia y de fuerza durante algunas horas. También facilita la actividad intelectual y la creatividad, al mantener el cuerpo despierto y en estado de alerta.
Pero, como todos los excesos hay consecuencias. Y es que el consumo exagerado de cafeína puede provocar dependencia, aunque con un síndrome de abstinencia mucho más benigno que en otros casos. Se pueden presentar síntomas como, dolor de cabeza, irritabilidad y somnolencia.
En personas con úlceras y trastornos cardiacos, el café es una sustancia contraindicada, debido a que su ingesta no sólo acelera el metabolismo de las grasas, sino también aumenta el ritmo cardiaco y desencadena una serie de procesos negativos para nuestra salud.
Según una investigación de la Universidad de Durham en el Reino Unido, las personas que ingieren demasiada cafeína, están propensas a tener alucinaciones y a escuchar cosas que no existen.
Incluso, los individuos que consumen más de ocho tazas de café, o su equivalente en productos con cafeína, tienen tres veces más probabilidades de sufrir un episodio alucinatorio, que aquellos con bajo consumo.
La explicación se encuentra en el hecho de que la sustancia incrementa los efectos psicológicos del estrés. Como respuesta orgánica ante la tensión, el cuerpo segrega una hormona llamada cortisol (conocida como la hormona del estrés), y se libera aún más cuando se consume gran cantidad de cafeína. Las raciones abundantes son las que provocan las alucinaciones.
Pero “ojo”, este tipo de efectos secundarios no son señal de enfermedad mental, sólo son consecuencia de un abuso de esta sustancia. Así que a tomar café, pero con medida.
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