Por Araceli López /Criptograma
Fotografía cortesía: semanasantaixtapalapa.org.mx
Cuando en 1833 una
epidemia de viruela azota a los habitantes de los barrios de Iztapalapa
causando muertes y tristezas, los lugareños dirigen su Fe y oraciones al Señor
del Santo Sepulcro de la Cuevita implorando la erradicación de la enfermedad.
El milagro se hace realidad.
No fue hasta 1842
cuando, en gratitud al Señor de la Cuevita, deciden representar la Pasión y
Muerte de Jesús. Así, los ocho barrios de Iztapalapa participan en cada uno de
los actos más importantes de los Pasajes de Jesucristo como son: la Última
Cena, la traición de Judas, el Vía Crucis, la Crucifixión y, desde hace cuatro
años, la Resurrección de Cristo.
Fue tal la
importancia que tomó la representación en Semana Santa en aquéllos años que
incluso Don Benito Juárez protegió, en 1867, la escenificación. Así mismo se
cuenta que el mismo Emiliano Zapata prestó los caballos de su ejército para
formar parte de los actos.
Con la
pavimentación de la calzada de La Viga el número de espectadores creció en gran
medida (actualmente se calcula más de tres millones) convirtiéndose en la
representación más importante de Distrito Federal.
Solo nativos de los
ocho Barrios de Iztapalapa pueden audicionar y participar para los papales,
desde nazarenos hasta los más importantes como son la Virgen María y Jesús,
éste último pasa por un largo periodo de preparación física y espiritual para
poder soportar, entre otras cosas, la cruz de madera que pesa aproximadamente
90 kilos (tal como lo estipulaba el código penal romano de aquella época).
Las festividades
comienzan con el Domingo de Ramos y la bendición de las palmas y la entrada de
Jesús de Nazaret en el Santuario del Señor de la
Cuevita. El Jueves Santo inicia con la visita de las Siete Casas (en este caso
es a los Ocho Barrios: San Lucas, San Ignacio, Santa Bárbara, San José, San
Pedro, San Pablo, la Asunción y San Miguel). Se prosigue con la Última Cena,
Ceremonia del Lavatorio, Oración en el Huerto de los Olivos y la Aprehensión.
Con el Viernes
Santo llega el juicio, los azotes y coronación; y se da inicio al Vía Crucis
rumbo al Gólgota (Cerro de la Estrella) donde representan las Tres Caídas; la
crucifixión con los villanos Dimas y Gestas, la presencia de Judas en la horca;
y cerca de las tres de la tarde, concluye la representación de la Pasión y
muerte del Hijo del Hombre.
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